Historia de la Aerografía. Parte 2.

HISTORIA DE LA AEROGRAFÍA
DUROS COMIENZOS

Compilado por José L. Parada C.
Director, Profesor
Action Art Europe
Escuela de Aerografía
Barcelona, España.



Siglo XIX

1839

La invención de los rotativos y sistemas de impresión, dieron lugar, luego de la aparición de la fotografía, una nueva alternativa para el naciente retoque fotográfico.  Al desencadenarse la Revolución Industrial, los medios de comunicación fueron el medio para crear las primeras redes de información a distancia y sostenerse de uno de los principales motores del comercio: La Publicidad.  Este mundo exigió de inmediato nuevas formas de ilustrar impresos para vender una imagen.  Las Artes Gráficas nacieron de esa necesidad; fueron primeramente la Ilustración y el Cartelismo quienes llevaron las riendas de esa corriente.
Para esa época, esos oficios eran considerados inferiores.  Los artistas impulsados por una voluntad de implantación social, osaron iniciarlo ante la imperiosa necesidad económica que abrasaba a la sectarista Europa.
Los precursores de este movimiento fueron Walter Crane, Jules Chéret y el famosísimo Toulouse-Lautrec.
El Cartelismo tuvo su apoyo en Suiza y posteriormente en Alemania.  La Ilustración comercial inició sus pasos en Francia, Inglaterra y su excelencia se mantuvo en Italia y muy posteriormente en España.




1878
Los Primeros Pasos

Abner Peeler invetó el sistema de aerografía americana.  Los sistemas de impresión sirviéndose de la fotografía, pudieron familiarizar la imagen junto con los textos, la ilustración debía utilizar medios para ser mas inmediatas las ilustraciones que hasta ese momento se valían de métodos tradicionales.  Los primeros intentos por atomizar tinta fueron un fracaso, los suministros de aire tan sólo pretendieron utilizar los sistemas de compresión neumática o de los barcos de vapor que se conocían, sin embargo, esta insistencia llevó a los ingleses a diseñar un aparato que lograra este objetivo...y lo consiguieron.






1883
   Taller o maternidad

Liberty Walkup fundó Rockford airbrush.  Esta pequeña compañía reunió a un pequeño grupo de artistas que se familiarizaron de inmediato con aquel precario y curioso artefacto, sus pruebas de fondeado acuarelado sobre papel aligeró el acabado de los artes finales, pero aquella compañía era nueva, el apoyo no fue el esperado, las grandes editoriales e imprentas tenían sus intereses en otros objetivos.





1888
La Insistencia

El  Dr. Allen Devilbiss inventó un atomizador para los sistemas nuevos de compresión.  La odontología que también daba sus primeros pasos, absorvió los peligrosos avances de la tecnología para sus aplicaciones, el sistema de compresión parecía más seguro para pintar que para operar, una manguera más delgada que mantuviera constante la presión adecuada fue de mucha ayuda para el extraño artefacto que no terminaba de bautizarse.  Los intentos por pintar más rápido obsecionó más a los técnicos del naciente y codicioso diseño industrial que a los propios artistas, de hecho, quienes aplicaron la nueva alternativa de pintar por atomización fue la Ford.  A pesar de aceptación industrial, los artistas al no encontrar lógica a su apliación inmediata, optaron retomar a las tradicionales formas de ilustrar.



1891
La Primera Producción

Thayer  y Chandler estableció la primera manufactura de aerografía por una prometedora compañía. Los ingleses decididos a implantar un nuevo sistema de ilustrar, recurrieron a diseñadores industriales hasta darle forma casi definitiva al aparato que finalmente denominaron "Airbrush", aerógrafo o pincel de aire.  El diseño final no dista mucho del que hasta hoy se sigue produciendo.  Una vez bautizado el aerógrafo, su rechazo cultural fue rotundo por cuestiones paradigmáticas.

1893
A río Revuelto

Charles Burdick patentó el aerógrafo y fundó su propia compañía: Fountain Brush Co.  Probando todo tipo de alternativas económicas y comprobando que la Gran Bretaña estaba muy ocupada, tomó el mismo el proyecto y se marchó a Los Estados Unidos.



1895
¿La Adopción?

El abandonado retoño fue adoptado de inmediato.  La aerografía como se conoce hoy día nació en Chicago, al ser patentada, su marca fue automáticamente reconocida y se le considera natural de Norteamérica.  Esta polémica todavía se disputa el crédito de su nacimiento. Esta naciente problemática sería el estigma que nunca podría separar el aerógrafo tanto de su historia como de su fascinante paso por el arte y la historia, que ahora a duras peleas se iniciaba.



Proxima entrega.  La Aerografía y el Siglo XX



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