HISTORIA DE LA AEROGRAFÍA
1980
!La Hora Cero!
Época de oro de la Aerografía
Historia de Esplendor y Decadencia.
Primera Parte
1980-1987
Todo parecía de Oro y Platino.
Compilado por José Luis Parada Caballero
Director Fundador
Action Art Europe
Escuela de Aerografía
Dibujo y Pintura
Barcelona. España
La década de los años ochentas, salvo la guerra entre Irán e Irak, las malvinas o Centro América. No tuvo para el mundo occidental, un marco crítico que no estuviera sometido por las tensiones silentes o provocaciones semánticas del clímax de Guerra Fría, lideralizadas por las dos potencias que traían al mundo a sus pies: Los capitalistas comandados por los Estados Unidos, y los comunistas guiados por la Unión Soviética. Todavía hoy, acabada la Guerra Fría, y recordada por el abatimiento de la Perestroika, no se ha podido concretar cuál de las dos potencias se portó peor, cuál fue la buena y cual la mala. En general podríamos decir, que ambas lo fueron.
El segundo aspecto que tituló a esta fugaz pero significativa década, dentro de su velóz paso, lleno de vanalidades, cambios políticos, siempre levadizos por la cuerdas marionetadas de la economía, fue sin duda alguna:
La Revolución Tecnológica.
La Revolución Técnológica que caracterizó a los 80’s no fue igualada por ningún período histórico conocido, y desde entonces parece ser la conyuntura económico y social que cambió el destino de la cultura económica mundial, ya que todo el sistema de vida contemporáneo y lo que se supone seguir así, es sin duda lo que la indetenible tecnología dicte hacer.
La aparición los ordenadores caseros, la computadora en la oficina y luego en el hogar, el microondas, el Internet, el VHS, la TV a color y por cable, la evolución del láser y la medicina nuclear, el cd, el DVD, los primeros y descomunales teléfonos móviles, los sistemas de almacenamiento de memoria por disket y luego por Pen drive, el control remoto,los sistemas de radar y se seguridad empresariales o caseros, el walkman,etc...Sirvieron de marco a un panorama en el que el hombre, por fin aceptó a la tecnología como medio y forma de vida intima y cotidiana. Podemos decir que el aerógrafo tras ochenta años de represión contenida, se liberó violentamente.
El aerógrafo se convirtió de pronto en un juguete, en una “moda”. Acaparó la atención mundial de los medios publicitarios y la ilustración, todo llevó el sello de un aerógrafo, parecía ser por fin una mina de oro y estar en el sitial de honor que tanto tiempo se le había negado. Nada mas lejos de la realidad.
La aerografía alcanzó sin duda un nivel de excelencia, ningua agencia de publicidad trabajaba sin un artista que hiciera aerografía, ya que todo se hacía con ella, 24 horas al día, los 365 días del año. Todos los productos de consumo masivo que se enfocaban a un target medio, indiscutiblemente se hacía en aerografía.
Nuevas técnicas y tendencias realistas se hacían presentes en cada proyecto, ser aerografísta era sin duda una alternativa económica fija. El objetivo de ser aerografísta era encontrar una oportunidad para firmar un producto y cobrar su royal-ties, es decir, una cuota fija por cada impresión vendida, creando derechos sobre dichas ganancias. Pero, ya sabemos la otra cara de la fama, descrita en el capítulo anterior. Pero el fenómeno era indetenible.
El mundo de la publicidad no hubiese hecho ni un sólo dólar, si la revolución tecnológica que marcó esta década, no catapultara a la aerogafía y finalmente, luego de 80 años de estar sumerguida, se conviertiera en la columna vertebral de un sistema económico mundial, líder en ventas de productos de consumo masivo. La aerografía se convirtió en una forma muy popular de hacer arte y venderlo, desde las agencias, hasta el mundo comercial fuera de ella. Sin embargo, todo pasó demasiado rápido, hoy en día nos damos cuenta que la tecnología evoluciona a ritmo vertiginoso.
Precisamente la aerografía logró ese objetivo, por ser en ese momento, la única forma de controlar el poder de atracción que posee la imagen en la gente. Un poder de crear efectos visuales impresionantes que no se habían creado hasta entonces, y que aparentemete, cualquiera podría hacer por su cuenta si se lo propusiera, que mejor manera de implantar esa nueva forma de aprender que creando una publicación que hiciera accesible ese conocimiento. La primera publicación sobre aerografía apareció en 1985, desde entonces sigue siendo una de las mejores magazines, como ella aparecieron otras que proliferaron vendiendo sueños y aerografía al mundo entero.
Inmediatamente Japón, Alemania, Italia, Francia y los Estados Unidos principalmente, acapararon el mercado, y lo expandieron a todos los confines posibles. El efectismo del aerógrafo se vendía por si solo, ya que como hemos explicado, se convirtió en una moda que cogió por el mango la única forma conocida de la comunicación visual; los medios.
Como hemos contado, todo era de oro y platino, en los años ochentas, eso no era discutible. La tecnología impulsó a la aerografía por su propia naturaleza mecánica, pero...
La publicidad tiene un dogma, que tal vez la aerografía no estaba preparada para asimiliar, pero la tecnología sí.
La publicidad siempre está a la vanguardia del mercado, lo que salga más barato, es sinónimo de poca inversión y mejores ganancias, ya para 1987 empezaba a hacerse notar una manera de reducir costos, que no parecía afectar a la aerografía, por ser esta una forma de hacer arte tenológicamente.
Las Artes Gráficas que habían firmado un acuerdo con la aerografía y la publicidad, se vieron seducidas por una nueva alternativa, que de la noche a la mañana, decidió darle la espalda a la aerografía y dejarla sentada en el altar.
Llegaba la era de las artes digitales, los sistemas de impresión láser, el Próter, los programas de retoque fotografico por ordenador y el 3D. Por eso, y luego de haber firmado un matrimonio millonario, se firmó una sentencia de divorcio donde la aerográfía quedó mal en la repartición de bienes.
era 1988 y algo había que hacer.
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